A través de un enriquecedor trabajo presencial y experiencial, casi 500 estudiantes recibieron valiosas herramientas para enfrentar, de mejor manera, el día a día en el contexto post-pandemia, tanto en el plano personal como académico, actividad que fue organizada por la Facultad de Ingeniería y Ciencias y el proyecto CORFO MacroFacultad de Ingeniería.
Diferentes son las emociones y necesidades experimentadas por la población en el transcurso de la contingencia sanitaria por COVID. Ante el retorno a la presencialidad académica en este escenario post-pandemia, la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad de La Frontera (UFRO) visualizó la urgencia de abordar una serie de factores que están afectando, especialmente, la salud mental y bienestar de su comunidad estudiantil.
Con miras a fortalecer el desempeño y la convivencia, tanto individual como colectiva, la facultad, junto al proyecto CORFO MacroFacultad de Ingeniería, implementó la jornada de autocuidado «Recuperando nuestro bienestar y sentido post-pandemia», a través de la cual un grupo de expertos proporcionó una serie de herramientas orientadas a favorecer la gestión de las emociones y, con ello, hacer más grata la experiencia de vida universitaria post-pandemia.
“Especialmente para las y los estudiantes de los últimos tres años de ingreso, ha sido complejo su proceso de transición a la vida universitaria presencial tras dos años de confinamiento, presentando una baja en sus desempeños, no sólo en el ámbito académico, sino que también en el plano personal y esta es una situación que estamos viviendo todos los planteles educacionales. Por lo mismo, nos interesa proporcionar y potenciar todas las herramientas que les permitan sortear con éxito sus estudios, su futuro profesional y sana convivencia con el entorno… esa es parte de nuestra responsabilidad social como universidad”, explicó el decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, Dr. Jorge Farías Avendaño.
Por su parte, Christian Molina Bardi, Psicólogo de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, agregó que “este tipo de actividades ayudan a tener una buena salud mental, a manejar las emociones… y después de pasar por un periodo sin vínculo social directo, se ha generado cierto nivel de estrés y de carga emocional en las y los estudiantes, afectando el ritmo de estudio también, por lo que todas estas actividades van en la vía de poder mejorar el vínculo y la relación entre ellos, las amistades y poder reencontrarse en el entorno de la universidad”.
En cuatro días, con diferentes grupos de estudiantes, se desarrollaron lúdicos y experienciales talleres que incentivaron el autocuidado, el liderazgo, la reflexión, el dominio corporal y otras competencias y valores asociados al bienestar, actividad que cada jornada fue guiada por los coachs Pablo Fuenzalida Sanhueza, Nitza Sánchez Heredia y Marcela San Vicente Mondino.
En sus palabras, Pablo Fuenzalida dice que “la pandemia lo que hizo es poner al centro la necesidad de empezar a mirar nuestro mundo emocional, lo que es positivo y creo que una universidad, con sus estudiantes, pueda tomar esto para hacer un trabajo profundo que trasciende el conocimiento cognitivo y realmente los lleve a una experiencia de aprendizaje en el mundo emocional, hoy día es fundamental y es clave”.
A lo anterior, agrega que “las y los estudiantes se van a llevar una herramienta que les va a permitir desenvolverse mejor, no solo en lo diario, sino que también en sus vidas profesionales, por lo tanto, la universidad está apuntando a tener, hoy día, mejores estudiantes, mejores egresados y, por lo tanto, mejores profesionales y personas que pueden hacer la diferencia al tener claro su mundo emocional y cómo gestionarlo”.
Este trabajo experiencial fue replicado también en una jornada para las y los funcionarios académicos y no académicos de la facultad, pausa en sus labores cotidianas que fue altamente valorada por las y los participantes.
Testimonios de participación:
Benjamín Nualart Herlitz, estudiante de sexto año de Ingeniería Civil: “Nunca había participado en talleres así de la universidad y quise venir a probar y lo pasé bien, de hecho, esto superó mis expectativas. Pensé varias cosas antes de venir y al final terminó siendo mucho mejor de lo que yo pensaba. La verdad, es que me llevo varias cosas para la casa, algunas que voy a aplicar en el día a día”.
Sofía Varas Villarroel, estudiante de quinto año de Ingeniería Civil Industrial mención Informática: “Me motivó poder conocer gente nueva, poder desconectarme de la realidad de la universidad, de las vacaciones, tener otro ambiente. Me gustó conocer gente para formar nuevas amistades y me gustó mucho también, por ejemplo, los métodos de respiración que son muy útiles para poder controlar las emociones”.
Javiera Becerra Leiva, estudiante de tercer año de Ingeniería Civil: “Fue entretenido y bueno este taller para alivianar el estrés. Yo sufro de mucha ansiedad y estrés en algunos periodos de clases y esto me puede ayudar a sobrellevar esas situaciones, por lo que estoy contenta con esta actividad”.
Mónica Saravia Reyes, secretaria dirección del Departamento de Ingeniería Eléctrica: “Esta actividad me pareció excelente. En lo personal, vi que había mucha gente de la facultad, de distintos estamentos, que no conocía y aquí, en la jornada, fuimos uno solo, todos compartiendo por igual. Me voy contenta, feliz, porque aprendí muchas cosas para mi autocuidado y bienestar. Agradecida de la facultad por estos espacios y ojalá se repitan”.