Durante el 2021, estudiantes de las carreras de Bioquímica y Biotecnología de la Universidad de La Frontera (UFRO), ejecutarán un proyecto con financiamiento del Fondo de Desarrollo Estudiantil (FDI) en su Línea de Emprendimiento Estudiantil del Ministerio de Educación, para rastrear el origen de bovinos y salmones robados usando isótopos estables como evidencia científica.
En Chile, la industria bovina y del salmón han crecido de manera significativa en los últimos años. Después de Noruega, la industria salmonera de nuestro país -con una producción cercana a las 900.000 toneladas al año- se posiciona como el segundo productor del mundo al concentrar el 25% del total mundial. En tanto, la industria ganadera nacional está produciendo anualmente cerca de 200.000 toneladas de carne, aumentando en el 2020 en 5,4% respecto a la producción del año anterior.
Sin embargo, este alentador panorama para ambos sectores productivos del país, está siendo afectado por un sostenido aumento de robos de animales, lo que en el 2019 se tradujo en pérdidas económicas cercanas a los US$50 millones anuales en salmones y US$5,6 millones anuales en bovinos, situación que repercute también a pequeños productores del sur del país.
Si bien numerosas son las denuncias que se han realizado, aún se considera el robo de animales como crímenes sin culpables, puesto que es difícil encontrar evidencias y pruebas científicas que relacionen los hechos con las personas tras los delitos y el lugar de procedencia de los animales de manera concluyente.
¿Cómo ayudar a las policías a combatir, desde la ciencia, estos delitos? Esta fue una de las interrogantes que surgió de un grupo de estudiantes de las carreras de Bioquímica y Biotecnología de la Universidad de La Frontera (UFRO), en el marco de su participación en el electivo Ciencias Forenses, que dicta la docente y miembro de la Policía de Investigaciones de Chile, Alejandra Figueroa, visualizando el uso de isótopos estables como una herramienta científica para establecer la procedencia de salmones y bovinos sustraídos de manera ilegal.
Así se gesta el proyecto UFRO beneficiado en el 2020 con el Fondo de Desarrollo Estudiantil (FDI) en su Línea de Emprendimiento Estudiantil del Ministerio de Educación “Ciencia contra el crimen: uso de isótopos estables para rastrear el origen de animales robados”, iniciativa en la que también colabora el director de la carrera de Biotecnología, Juan Carlos Hermosilla.
Seminario de inicio y presentación del proyecto
Dando inicio formal al desarrollo de las actividades contempladas en este proyecto, de 12 meses de duración, su equipo ejecutor organizó un seminario en el que participaron autoridades universitarias, representantes de la Policía de Investigaciones de Chile, de Fiscalías regionales y otras instituciones que están colaborando y/o han mostrado interés en este trabajo.
“Esta iniciativa es un tremendo logro, no sólo para el desarrollo disciplinar de los y las estudiantes, sino que también para la Universidad, por contar con proyectos de distintos ámbitos del área del conocimiento que son liderados por estudiantes. En el 2020 tuvimos el resultado de cuatro adjudicaciones de proyectos FDI, iniciativas que son pensadas desde los y las estudiantes con un alto impacto en la sociedad, por lo que estamos muy contentos, porque este es un concurso de proyectos a nivel nacional”, destacó en este seminario el director de Desarrollo Estudiantil de esta Casa de Estudios, Dr. Alex Seguel, quien además valoró como muy enriquecedora la colaboración nacional e internacional que se ha gestado en el contexto de este proyecto en particular.
Justamente, dada la alianza establecida con la Red Nacional de Isótopos Forenses de Brasil, RENIF, participaron en este evento como relatores su Presidenta, Gabriela Nardoto, y su Director Financiero, Rodrigo Mayrink, quienes compartieron el trabajo que la Red ha venido desarrollando desde su creación, en el 2019, en la utilización de isótopos para uso forense a nivel latinoamericano.
En tanto, como estudiantes representantes del proyecto, Emilio Perdiguero (Biotecnología) y Carol Jerez (Bioquímica), expusieron los objetivos e impacto de realizar un estudio isotópico de carbono y nitrógeno en bovinos y salmones para validar su uso con fines forenses en la investigación de robos de animales.
Como explica la docente Alejandra Figueroa, “la materia está formada por átomos, los que a su vez se forman por un número característico de partículas para cada elemento químico y los isótopos corresponden a formas diferentes de un mismo elemento químico que depende de ese número característico. Esta particularidad se usa como una huella química para conocer la procedencia de diferentes matrices biológicas, siguiendo el comportamiento isotópico de elementos como el carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno y que, de acuerdo al lugar donde se desarrollan organismos compuestos por estos elementos como una planta, animal o un ser humano, se pueden conocer su lugar de crecimiento”.
Dado lo anterior, agrega la docente, “el análisis de la relación de isótopos estables permite, actualmente, determinar la trazabilidad de animales robados a sus productores”.
Por tanto, este proyecto FDI apunta a desarrollar metodologías para establecer modelos de diferenciación entre salmones de crecimiento silvestres y en cautiverio, e identificar las zonas desde donde han sido extraídos ilegalmente, así como también, predecir la zona de crecimiento de bovinos de alto valor comercial, en función de su tipo de alimentación y el entorno de crecimiento.
Particularmente, para establecer a través de este proyecto las procedencias de salmones y bovinos sustraídos, se buscará determinar su trazabilidad a partir de la toma de muestras de escamas de los peces y pelo, dientes o pezuña de los bovinos, lo que daría como resultado su huella isotópica, aportando así una prueba concluyente y válida para apoyar una investigación policial y que podría ser presentada también en tribunales de justicia.
Con el apoyo de la Policía Federal de Brasil, que tiene implementada la técnica, este proyecto contempla en su primera etapa un muestreo en terreno, siendo posteriormente estas muestras analizadas, en una segunda fase, con la asesoría de investigadores de la Universidad de Antofagasta y RENIF, dependiendo el caso.
